Where is the love
lo único que harás será dar pie a la discriminación
y la discriminación genera odio
y cuando odias, te pondrás furioso
viernes, 17 de julio de 2009
Breves sobre el derecho de acceso a la información
El derecho de acceso a la información pública posibilita que todas las personas sin necesidad de justificar las razones de las solicitudes puedan conocer el actuar de las personas que tienen a su cargo o se les destinan recursos públicos.
En la medida en que un estado favorezca el acceso a la información pública se considerará más democrático ya que posibilita que los ciudadanos conozcan cómo se desempeñan y qué hacen con los recursos, además de proporcionar certidumbre jurídica a la población.
La evaluación de los contenidos legales de las entidades federativas abre un panorama que posibilita la adecuación y evolución de las leyes con la intención de que las personas no sean menos favorecidas en algún momento.
Mientras la sociedad tenga mayor acceso a la información contenida en los archivos, comenzará a tener mayor confianza en sus autoridades ya que podrá evaluar efectivamente su gestión, y en el caso de que sea deficiente podrá tomar las medidas necesarias para que ya no estén en el poder. Fomentando así la democracia y la cultura de la transparencia.
Más consideraciones
No podemos negar que algunos profesionales de la información han dejado a un lado los ideales y se han dedicado a hacer noticias fáciles, ya no van directamente con la fuente, ya no analizan la noticia, ya no piensan en la mejor forma de darla, entre otras cosas. Ahora recurren a una agencia de noticias más grande que les da toda la información, claro, “digerida” para que sea aún más sencillo y por lo mismo no se toman la molestia de contrastar fuentes ni evaluar la veracidad de la misma, la forma de darla a conocer a la audiencia responderá a las necesidades y rentabilidad del mercado al que se dirija.
Sin embargo, aún contamos con grandes profesionales de la información que sí merecen esa denominación y que cumplen con su deber de informar a la gente.
Tal pareciera que se olvida que independientemente del profesional de la información del que se hable o de a que rama del periodismo a la que se dedique, éstos tienen una labor fundamental en la sociedad, el propio gobierno a nivel federal lo reconoce:
Los periodistas mantienen informada a la sociedad, requisito indispensable para que ésta goce de una plena libertad, por lo que las investigaciones que se lleven a cabo relacionadas con hechos que atenten contra los derechos de los periodistas o comunicadores, deben entenderse como un deber jurídico propio y no como una simple gestión de intereses particulares.[1]
México se perfila como un país donde se puede gozar del derecho de la información que es un derecho fundamental para el desarrollo de una sociedad, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la cual emana también la libertad de expresión (aunque algunos autores consideran que es un derecho independiente) y el derecho a la información[4].
El derecho a la información tiene tres manifestaciones: la posibilidad de investigar, la de recibir y la de transmitir información. Los profesionales de la información la transmiten a través de los medios de comunicación colectiva y posibilitan que la sociedad la reciba.
Lo anterior no es un hecho excluyente, todas las personas de alguna forma ejercen el derecho a la información, considero que la distinción fundamental radica en que los profesionales de la información se auxilian de los medios de comunicación colectiva.
Estamos concientes de que cada vez más, los ciudadanos “comunes”[5] pueden presentar su información a través de noticias en los medios, sin embrago, aunque cuenten con el beneficio de haber estado presentes y demás situaciones; no cuentan con las bases y herramientas académicas, técnicas y metodológicas que tienen a su favor los profesionales de la información.
Es verdad que se ha perdido calidad en la forma en la que los profesionales de la información la dan a conocer pero queda en cada uno de nosotros conformarnos o no con ella; el ver, escuchar o leer determinado medio de comunicación colectiva[6] es una forma que tenemos para demostrar nuestra aprobación o no a los medios y sus contenidos, se hace un llamado a todas las personas que se dedican a la difusión de la información que eleven los estándares de contratación de fuentes, que realmente revisen antes de darla a conocer a la sociedad su veracidad. Básicamente que se eleve la calidad de los medios de comunicación colectiva en general.
“La comunicación se dirige a las masas”[7], me parece mucho más adecuado el término información, y sí, lo cual no es necesariamente malo, todos somos “la masa” y es derecho de todas las personas recibir información independientemente de la forma en la que se de; dependerá de cada una la intención o la utilización que le, la profundidad con la que sea entendida o el interés que adquiera.
Lamentablemente, algunos profesionales de la información no comprenden la importancia de su labor y que además, ellos son meros facilitadores de la misma, no con ello menosprecio su labor, en realidad entiendo su importancia; sin embrago algunos personajes, antes periodistas, caen en excesos y pretenden ser ellos mismos la noticia, no podemos seguir con situaciones parecidas si se pretende que la sociedad vuelva a tener confianza en ellos, que recuperen la credibilidad perdida.
“Los periodistas deben ejercer un control independiente del poder”[8] al tener los profesionales de la información las herramientas, medios y mecanismos para allegarse de la información, deben en todo momento vigilar el actuar del gobierno en todos sus niveles, deben ser la voz de los que no la tienen. Siempre que se mantengan altos estándares en cuanto a la investigación y fuentes de la información.
Es una realidad que los profesionales de la información alrededor del mundo son agredidos, lamentablemente en México, de acuerdo con Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa[9]; sufren mayores agresiones[10], las autoridades, la delincuencia organizada, entre otros actores, constantemente atacan a los profesionales de la información.
Uno de los problemas es que en México aún no contamos con todas la herramientas para hacer que estas situaciones no se den.
jueves, 16 de julio de 2009
La reflexión desde la FNPI y La reinvención de los impresos
En principio todo periodismo es de investigación[1] ya que es requisito indispensable saber del hecho o información que se dará a conocer, pretende vigilar al poder y darle voz a aquellos que no la tienen.[2]
“El periodismo ha de vigilar a los escasos poderosos de una sociedad en representación de los muchos que no lo son, para así evitar las tiranías”[3]. Los profesionales de la información pretenden dar a conocer hechos e informaciones sobre los cuales han investigado y saben que son de interés general.
“Informar es esencialmente hacer asistir a un acontecimiento; es decir, mostrarlo, pasar al estadio en que el objetivo consiste en decir que la mejor forma de informar es asistir directamente”[4]. Evidentemente no podemos presenciar todos los acontecimientos nacionales, mucho menos lo internacionales; sin embargo, de una u otra forma éstos afectan nuestra cotidianeidad, por lo que aquellos que resulten de interés general o que sean indispensables para poder tomar mejores decisiones debemos conocerlos y esta posibilidad la da el periodismo.
Resulta por demás extraño que en los últimos tiempos se haya perdido de su verdadera labor el profesional de la información y diera lugar a protagonismos, desinformaciones[5] y subinformaciones[6].[7] De acuerdo con Víctor Roura se debe apostar por la calidad moral de los profesionales de la información a través de seminarios, platicas y conferencias; con la intención de recuperar los viejos lineamientos del periodismo, que no por antiguos dejan de ser necesarios para el ejercicio periodístico actual.[8]
Afortunadamente “los públicos se hacen cada vez más exigentes y más intolerantes ante la sospecha de parcialidad o de falla humana tan frecuentes en un oficio esencialmente falible”[9], las redacciones se deben preocupar porque las informaciones sean veraces y los hechos comprobables, independientemente de la tendencia del medio de comunicación colectiva.
“El mundo se le está escapando al periodismo”[10], aceptar como fatal la cita anterior implicaría inevitablemente su desaparición, el periodismo en esencia da a conocer a la sociedad el acontecer mundial y nacional; si el mundo se le está escapando ¿dónde quedará entonces su aportación?
La sociedad como en universo está en continuo movimiento el cual en sí mismo ocasiona cambios, no se puede apostar por un ejercicio de la labor periodística estático, hacerlo resultaría terrible para procurar su subsistencia, evidentemente los cambios son algo que se debe preveer en todo momento y el periodismo no queda excluido de lo anterior. Existen muchísimos ejemplos; sin embargo, el que nos interesa en esta ocasión es la internet[11] que da la posibilidad de acercarnos en segundos al acontecer mundial y nacional.
Evidentemente el papel del periodismo es procurar que sus sitios oficiales presenten información confiable y de forma oportuna “la gran deuda de los diarios en Internet sigue radicando en los contenidos poco originales y acuciosos”[12]. Lo necesario es ir adoptando mecanismos y medidas que hagan que esta labor no sea imposible de realizarse, se debe apostar por la especialización de los profesionales de la información con la intención de que no exista una saturación en cuanto a la carga de trabajo que a la larga va a ser imposible de afrontarse.
No sé si los medios impresos desaparecerán, seguramente encontrarán una forma de subsistir que sea menos perjudicial para el ambiente[13] y mucho más rentable[14] para los empresarios y para el público en general; una de estas formas es que los medios impresos mantengan contenidos diversos que los mostrados en internet y en los demás medios de comunicación colectiva.
No confío en que internet sea la solución a los problemas del periodismo actual, considero que sus problemas son de fondo y su solución debe ser global. Internet representa un nuevo medio en el que se puede expresar el periodismo, en este caso compite contra blogs y demás publicaciones contenidas en la red. De acuerdo con Walter Lippman “el periodismo no podría ser dejado en manos de personas no estrenadas para informar”[15], la aseveración anterior en México carece de toda validez ya que la mayoría de las personas que se dedican a la labor de informar no tienen el “entrenamiento” para desarrollar esa labor; quizá, en todo caso, primero debe promoverse la profesionalización de la profesión.
Lamentablemente no todas las personas tienen los recursos y mucho menos cuentan con las posibilidades de acercarse a una computadora que a la vez cuente con una conexión a la red[16], se afirma que es lamentable porque internet sí da la posibilidad de tener acceso a mucha información, ciertamente dependerá de los lectores y de los medios que se dan a conocer a través de ella la calidad informativa y la discriminación de la información.
Internet, los medios impresos y los medios de comunicación colectiva en general, tratándose del ejercicio periodístico y de la labor informativa deben volver a recuperar al interior de sus redacciones a aquéllos que eran considerados comprometidos sociales, de mentalidad independiente, convencidos de la labor informativa;[17] si lo que se pretende es que se recupere la confianza en su labor y se pueda mantener su profesión.
Periodismo de calidad. Propuesta de indicadores
Notas al libro de Darío Restrepo
Nada enajena más a una sociedad que aislarla de la realidad con un cerco mediático carente de credibilidad.
Yehya, Naief
Primero me gustaría hacer una recopilación de los indicadores para después poder hacer algunos comentarios. Dentro de los indicadores propuestos encontramos: independencia, compromiso con la verdad, libre acceso a fuentes, escrito o producido adecuadamente, correctamente editado, hecho para servir, que cuente con noticias oportunas, capaz de reconocer sus errores, que tenga libertad para informar, que mantenga rigor en la investigación, que esté comprometido con la sociedad.
El periodismo es una labor social, “ha de vigilar a los escasos poderosos de una sociedad en representación de los muchos que no lo son, para así evitar tiranías” , y como tal debe comprometerse con ella. Lamentablemente es común hoy en día, encontrarse con medios de comunicación colectiva cuya única intención es cumplir con los intereses de los empresarios a cargo.
Es un hecho por demás sabido que México ocupa a nivel internacional los mejores lugares en cuanto a inseguridad , problemas de salud y analfabetismo ; situación que es del todo desalentadora. Resulta complicado imaginar un periodismo de calidad en este tipo de sociedad, la labor de los profesionales de la información y de las personas que se dan cuenta de la problemática es impulsar medidas y mecanismos efectivos para cambiar dicha situación.
Necesitamos calidad en las escuelas, en los trabajos, en las universidades, en las comunicaciones, evidentemente en las profesiones, en su ejercicio, etcétera. Con relación al periodismo, es necesario que suban los estándares de calidad con la intención de que la sociedad en general esté mejor informada y con ello se facilite su actuar democrático “El problema de las naciones democráticas no radica en la libertad de expresión, sino en que quién controla los medios, cuáles son sus vínculos son el poder y qué clase de mensaje desea promover” .
A través de los medios de comunicación colectiva la mayoría de la sociedad se entera de lo que sucede dentro y fuera del país. Éstos medios posibilitan el derecho a la información y son uno de los más claros ejemplos de la libertad de expresión.
Definitivamente los medios de comunicación colectiva deben permanecer ajenos a intereses que no se relacionen con su labor de informar, hoy en día pareciera que esto es muy complicado y que tendríamos que apostar por las opciones pequeñas, “ajenas” al dinero y al poder; sin embargo tampoco son garantía “Que un medio informativo sea pequeño no es garantía de su compromiso con la verdad ni de su ética, así como tampoco se puede negar que el gran poder económico de algunos medios les permite llevar acabo tareas que los medios pequeños no pueden emprender” .
El ideal del periodismo contemporáneo, que surgió a principios de la década de los veinte y que ha dominado la práctica de la profesión desde los años cincuenta, contaba con que el proceso editorial estuviera desligado de los intereses de gobiernos, propietarios, anunciantes, y toda persona que tuviera otro interés que no fuera informar.
Sin prensa independiente, hasta las sociedades más abiertas y democráticas corren el peligro de corromperse. Sin la supervisión, el control y la presión que pueden ejercer los medios informativos, cualquier víctima puede ser víctima de los excesos. La prensa libre es quizá el único mecanismo digno de crédito que puede evaluar la veracidad de las informaciones gubernamentales, así como la legitimidad de los actos, promesas y posiciones oficiales. Éste es el medio que puede exigir cuentas, denunciar los abusos y responsabilizar a sus autores, así como reconocer los logros gubernamentales.
Retomar el rigor técnico, el adecuado uso del lenguaje, la credibilidad de la población y el compromiso con la veracidad, son la clave para que los medios de comunicación colectiva y los profesionales de la información recuperen su compromiso con la sociedad.
La veracidad de la información incluye que las fuentes sean contrastadas con la intención de que la información se acerque mucho más a la realidad. Es necesario que antes de dar a conocer una información se delimite si ésta es o no de interés público.
La información de entretenimiento encuentra su justificación en la necesidad de que la gente tenga “distracciones” que la ayuden a continuar con los acontecimientos de la vida. No es necesariamente perjudicial, siempre y cuando mantenga una clara línea de respeto hacia el entorno (por ejemplo que no incite al odio o a la discriminación) y que se identifique con el bien público .
Es indispensable que los medios de comunicación colectiva en general, hagan claras distinciones entre la información y las opiniones que los comentaristas pudieran tener sobre la misma.
No considero que se deba hablar de “códigos de ética” de los profesionales de la información ya que el término está mal empleado; en realidad, debe hacerse un llamado para que las personas que trabajan en los medios de comunicación colectiva y los profesionales de la información en general recuerden que su labor es social.
El ejercicio periodístico es una labor que al menos en México es de alto riesgo por los innumerables problemas a los que se enfrentan los profesionales de la información, entre ellos unos de los más importantes son las amenazas, secuestros, atentados, homicidios, entre muchos otros. Los principales actores son la delincuencia organizada, el narcotráfico y las propias instituciones.
Otra consecuencia grave es la autocensura, debido al grado de impunidad del que gozan los agresores de profesionales de la información y de los medios de comunicación colectiva. Por un lado están los profesionales de la información que prefieren mantenerse en esa línea como Gregorio Medina del diario El Debate de Mazatlán “no queremos ser héroes y tampoco víctimas” , y por el otro Sergio Haro director del semanario Siete Días “Después de más de dos décadas de experiencia, sé que es muy riesgoso publicar los temas de narcotráfico y de violencia, pero estoy convencido de que deben investigarse y darse a conocer. De lo contrario me volvería cómplice y para eso mejor me dedico a otra cosa” .
“Más allá de la protección de un periodista o de una persona para que pueda ejercer su libertad de expresión, defendemos y promovemos el derecho público a recibir información sin cortapisas” esto es lo que representan los profesionales de la información y por esa situación es de especial importancia procurar su seguridad.
Cine, declaraciones oficiales, y racismo: Black Hawk Down
Cine
Las películas de una nación reflejan su mentalidad.
Siegfried Kracauer.
Hollywood no dejará de hacer cine de guerra tras el 11 de septiembre. Da igual lo que ustedes lean o lo que se diga. El cine bélico es un género que no desaparecerá. Quizá desaparezcan las películas tipo Rambo pero poco más. Es pronto para decirlo, pero seguramente se hará también una película sobre el 11 de septiembre ¿Por qué no si hay una buena historia? Una televisión está ahora mismo preparando una película sobre aquel día, concretamente sobre el avión que cayó en Pensilvania.
Evidentemente la película es contada desde la perspectiva de los soldados estadounidenses, me parece con la intención de mostrar al mudo, además del bien que le hacen a la humanidad, que también tienen familias que los extrañan, esto definitivamente no se pone en duda, el problema es la idea de vender a la guerra como algo “bueno” que además todos deben aceptar como la única forma de alcanzar la paz mundial, por contradictorio que resulte.
Es una película sobre el valor de unos soldados, unos soldados que al final no piensan en naciones; piensan en el compañero que se muere a su lado y al que tienen que salvar.[8]
De acuerdo con Noham Chomsky en su libro El Nuevo Humanismo Militar: “La invasión de Somalia, comenzada por papá Bush, y aprobada por Colin Powell, entonces jefe del Pentágono, y luego continuada por Clinton, fue hecha bajo el manto de ‘humanitaria’ para ‘alimentar a los hambrientos’ de ese país. Pero el único ‘alimento’ que recibieron fue de plomos”[10].
Declaraciones oficiales[12]
El mundo se ha vuelto más pequeño desde entonces. El terrorismo es la voz del hambre, no de la religión. Es la rabia de los hambrientos… Estados Unidos se han convertido en la policía del mundo. Ningún país ha querido dar ese paso y alguien tenía que hacerlo… Que no me hablen a estas alturas de derechos civiles.
Ridley Scott[13].
La operación de las Naciones Unidas en Somalia (ONUSOM I) tuvo una duración corta (de abril de 1992 a marzo de 1993), se estableció a través de la resolución 751 el 24 de abril de 1992 para supervisar el alto total al fuego y ayudar con la entrega de alimentos y medicinas para la población civil, por encontrarse atrapados en una guerra civil.
Función: establecida para supervisar la cesación del fuego en Mogadishu, la capital de Somalia, y ofrecer protección y seguridad al personal de las Naciones Unidas, equipo y suministros a los puertos de mar y aeropuertos de Mogadishu, y escoltar las entregas de suministros de ayuda humanitaria desde éstos a los centros de distribución de la ciudad y a los de sus alrededores. En agosto de 1992, se ampliaron el mandato y la dotación de la ONUSOM I para que ésta pudiera proteger los convoyes humanitarios y los distintos centros de distribución en Somalia. En diciembre de 1992, tras un deterioro de la situación en Somalia, el Consejo de Seguridad autorizó a los Estados Miembros para formar la Fuerza de Tareas Unificada (UNITAF) con el fin de establecer un entorno seguro para la prestación de asistencia humanitaria. La UNITAF trabajó en coordinación con la ONUSOM I para proteger los principales centros de población y garantizar la prestación y distribución de la asistencia humanitaria.[15]
Por estas situaciones el Consejo de Seguridad impuso en 1992 la resolución 733 en la cual se ordenaba un embargo total de armas y se hizo un llamado para la ayuda humanitaria. También se aprobó la resolución 746 en la que se instaló formalmente la ayuda humanitaria y se envió un equipo para valorar la situación e informar sobre los avances. La fecha para la cesación del fuego y el alto a las hostilidades fue fijada para el 3 de marzo de 1992, situación que no sucedió. Por lo que fue necesario desplegar personal para proteger a los miembros de las Naciones Unidas y a las actividades de asistencia humanitaria.
En el inicio la ONUSOM I envió observadores desarmados a Somalia, sin embargo la situación continuaba empeorando “la desesperada y complicada situación de Somalia requerirá esfuerzos enérgicos y continuados por parte de la comunidad internacional para romper el círculo de violencia y hambre”[18].
1. Provisión masiva de ayuda alimentaria.
2. Expansión dinámica de alimentos complementarios.
3. Provisión de servicios básicos de salud e inmunización en masa contra el sarampión.
4. Provisión urgente de agua potable, saneamiento e higiene.
5. Provisión de materiales para refugiarse, mantas y ropa.
6. Distribución de semillas, herramientas y vacunas para animales al mismo tiempo que las raciones de comida.
7. Prevención de nuevos flujos de refugiados y la promoción de programas de repatriación.
8. Establecimiento de las instituciones y rehabilitación de la sociedad civil.
Los desacuerdos entre las facciones de somalíes (dentro de éstas las dos más importantes estaban al mando Mohamad Farah Aidid y de Ali Mohamed Mahdi) imposibilitaban la ayuda humanitaria y que el plan de acción cubriera todo el país. Como una muestra de los múltiples desacuerdos entre estas dos facciones se cita:
El 28 de octubre el General Mohamad Farah Aidid declaró que no se toleraría más al batallón paquistaní de la ONUSOM en Mogadishu. También ordenó expulsar al Coordinador de la ONUSOM de la Asistencia Humanitaria en un plazo de 48 horas. Posteriormente, las fuerzas del General Mohamad Farah Aidid dispararon y bombardearon a las fuerzas de la ONUSOM que controlaban el aeropuerto y las fuerzas del Sr. Ali Mohamed Mahdi bombardearon a los barcos que transportaban alimentos cuando éstos intentaban entrar en el puerto de Mogadishu. El General Aidid se opuso a que las Naciones Unidas controlaran el aeropuerto; el Sr. Ali Mohamed Mahdi quería que la ONUSOM se hiciera con el control absoluto del puerto. El 13 de noviembre, tras ser objeto de disparos con ametralladoras, fusiles y morteros, las tropas pakistaníes que controlaban el aeropuerto devolvieron los disparos.[20]
El 3 de diciembre de 1992 fue aprobada la resolución 794 por el Consejo de Seguridad en la que los Estados Unidos de América se ofrecieron a ayudar a crear un entono seguro para la entrega de suministros de ayuda humanitaria: “autorizó, con arreglo al capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas el empleo de ‘todos los medios necesarios’ para llevarlo a cabo. La resolución 794 pidió a los estados que proporcionaran fuerzas militares y que hicieran contribuciones adicionales en efectivo o en especie para la operación”[21]. A partir de este momento inició la Fuerza de Tareas Unificada (UNITAF) con la intención de que todos los estados participaran económicamente o con fuerzas militares para lograr el restablecimiento de la paz en Somalia.
George Bush tras en “encargo” del Consejo de Seguridad inició la operación Devolver la esperanza en la cual Estados Unidos de América tomó el control de la operación encomendada en la resolución 794.
Los Estados Unidos de América se han comprometido a tomar la iniciativa de crear el entorno seguro que es una condición indispensable para las Naciones Unidas a efectos de proporcionar socorro humanitario y fomentar la reconciliación nacional y la reconstrucción económica, objetivos que, desde el principio se han incluido en las distintas resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Somalia.[22]
Durante la acción de la UNITAF se convocó a una reunión preparatoria para tratar el tema de la reconciliación y la unidad nacional. A esta reunión asistieron 14 miembros de las diferentes facciones de Somalia y terminó con tres acuerdos[23]: el Acuerdo General de 8 de enero de 1993, el Acuerdo sobre el cumplimiento de la cesación del fuego y sobre las modalidades de desarme y el Acuerdo sobre el establecimiento de una comisión ad hoc para la Conferencia sobre la Reconciliación Nacional.
El 3 de marzo de 1993 el Secretario General presentó ante el Consejo de Seguridad la necesidad de cambiar de la UNITAF a la Operación de las Naciones Unidas en Somalia II (ONUSOM II) debido a que aún no existía un gobierno estable en Somalia, la ayuda humanitaria no había podido entregarse de forma óptima y los ataques seguían existiendo en contra de la población civil y de los miembros de las Naciones Unidas.
… el Secretario General concluyó que si el Consejo de Seguridad determinaba que había llegado el momento de que se efectuara la transición de la UNITAF a la ONUSOM II, ésta última tendría que estar dotada de poderes coercitivos con arreglo a lo dispuesto en el capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas para establecer un entorno seguro en toda Somalia. Por tanto, la ONUSOM II trataría de completar la tarea iniciada por al UNITAF para la restauración de la paz y la estabilidad en Somalia. El nuevo mandato también facultaría a la ONUSOM II para ayudar a los somalíes a reconstruir su economía, política y sociedad, mediante la consecución de una reconciliación nacional que permitiera recrear un Estado somalí democrático.[24]
… supervisar la cesación de las hostilidades, impedir la reanudación de la violencia, confiscar pequeñas armas no autorizadas, mantener la seguridad en los puertos, los aeropuertos y las líneas de comunicación necesarias para el envío de asistencia humanitaria, continuar con la remoción de minas, y ayudar en la repatriación de los refugiados en Somalia. También se le encomendó a la ONUSOM la tarea de prestar asistencia al pueblo somalí para reconstruir su economía y su vida social y política, restablecer la estructura institucional del país, obtener una reconciliación política nacional, recrear un Estado somalí basado en el gobierno democrático y rehabilitar la economía y la infraestructura del país.[26]
En marzo de 1993 el Secretario General nombró a Jonathan Howe de los Estados Unidos de América como su nuevo Representante Especial para Somalia y como Comandante de la Fuerza de la ONUSOM II al Teniente General Çevik Bir de Turquía.
Del 11 al 13 de marzo de 1993 se convocó a la Conferencia sobre Asistencia Humanitaria a Somalia y se celebró en Addis Abeba el 15 de marzo de 1993 en la que los miembros de 15 movimientos políticos firmaron el 27 de marzo de 1993 el Acuerdo del primer periodo de sesiones de la Conferencia sobre la Reconciliación Nacional en Somalia[28], éste contaba con cuatro partes: desarme y seguridad, rehabilitación y reconstrucción, restitución de bienes y arreglo de las controversias, y mecanismos de transición.
Sin embargo una de las facciones, la de Mohammed Farah Aidid decidió no formar parte del acuerdo y el 5 de junio de 1993 comenzaron violentos ataques en contra de las demás facciones y de las personas que formaban parte de la ONUSOM II, el 8 de junio de 1993 las demás facciones somalíes condenaron los ataques. La ONUSOM II en respuesta a los ataques inició una acción militar el 12 de junio de 1993 “liberó a Radio Mogadishu del control del Congreso de la Unidad Somalí/ Alianza Nacional Somalí (USC/SNA), la facción del General Aidid, e inutilizó o destruyó las armas y el equipo de la milicia encontradas en una serie de lugares de almacenamiento e instalaciones militares clandestinas”[29].
El 17 de junio de 1993 el Representante Especial Jonathan Howe hizo un llamamiento para que el general Mohammed Farah Aidid se entregara pacíficamente y para que convenciera a sus seguidores que dejaran las armas; evidentemente no se obtuvo respuesta y se instruyó al Comandante de la Fuerza de la ONUSOM para que detuviera al general Mohammed Farah Aidid con la intención de que fuera investigado por los ataques de 5 de junio de 1993.
3 de octubre de 1993, esta fecha es de suma importancia para el presente trabajo ya que es cuando se dan los ataques a la capital de Somalia Mogadishu y en los que encuentra su fundamento el filme Black Hawk Down. Ahora es cuando podemos cuestionar la veracidad de las declaraciones oficiales y el cine. De acuerdo con el sitio web de las Naciones Unidas:
[30]En apoyo al mandato de la ONUSOM II, se desplegaron en Mogadishu las fuerzas de los Estados Unidos de América: los Rangers estadounidenses y la Fuerza de Reacción Rápida. Estas fuerzas no estaban bajo el comando y control de las Naciones Unidas. Como parte del programa coercitivo, los Rangers iniciaron una operación en el sur de Mogadishu el 3 de octubre de 1993, que tenía por objeto capturar a algunos de los principales ayudantes del General Aidid, quienes estaban bajo sospecha de haber sido cómplices en el ataque del 5 de junio y en ataques posteriores en contra del personal y las instalaciones de las Naciones Unidas.
Se suponía que la acción sería limpia; al no serlo no se pudo ocultar al mundo que las fuerzas norteamericanas en Somalia no estaban bajo la autoridad de la ONU (como las tropas italianas, malayas y pakistanies), sino que además tenían su propia agenda de prioridades y su propia opinión sobre quienes debían gobernar y cómo el país.[31]
La operación consiguió detener a 24 sospechosos, incluidos dos de los principales ayudantes del General Aidid. Durante la operación, dos helicópteros estadounidenses fueron derribados por integrantes de la milicia somalí, dieciocho soldados estadounidenses perdieron sus vidas y 75 resultaron heridos. Un piloto de la misma nacionalidad fue capturado y posteriormente liberado el 14 de octubre de 1993. Los cuerpos sin vida de los soldados estadounidenses estuvieron sujetos a actos de escarnio público, y las escenas fueron emitidas por los canales de televisión de todo el mundo.
Después de los acontecimientos del 3 de octubre de 1993, el presidente de estados Unidos de América William Clinton anunció la intención de retirar las fuerzas de Somalia para el 31 de marzo de 1994[33].
En febrero de 1994 el Representante Especial Jonathan Howe terminó su encargo y se designó a Lansana Kouyate. El 24 de marzo de 1994, las dos facciones más importantes de Somalia firmaron en nombre del Grupo de 12 y la SNA, la Declaración sobre la Reconciliación Nacional, en la que repudiaron cualquier forma de violencia como medio para resolver los conflictos y se comprometieron a aplicar una cesación del fuego y un desarme voluntario. Con lo que se restablecería la paz en Somalia.
Lamentablemente se informó el 14 de octubre de 1994 a través del Secretario General de la Naciones Unidas que la reconciliación nacional no se estaba llevando eficientemente, por lo que las condiciones de inseguridad se deterioraban.
Mediante la resolución 954 se decidió prorrogar el mando de la ONUSOM II hasta el 31 de marzo de 1995.
[34]El 21 de febrero de 1995, se firmó un acuerdo de paz entre el General Aidid y el Sr. Ali Mahdi, en representación de la SNA y la SSA, respectivamente, para fomentar la reconciliación nacional y un arreglo pacífico de las controversias. En aquel acuerdo, ambas partes concertaron un acuerdo a fin de ejercer el poder de forma compartida. Prometieron no intentar obtener la presidencia a través de medios militares sino que mediante elecciones democráticas, y acordaron resolver las disputas mediante el diálogo y medios pacíficos y accedieron a formar una plataforma común para tratar de resolver los problemas. El Acuerdo también incluía una serie de disposiciones para el confinamiento de "técnicos" en las zonas designadas y desalentaba el llevar armas de modo ostensible en las calles de Mogadishu. Además, hacía un llamamiento a la eliminación de los controles de carretera y a la reapertura de los principales mercados. El puerto marítimo se abrió al tráfico comercial el 9 de marzo de 1995.
Racismo
El General William F. Garrison, de los Rangers, atestiguando ante el Senado en Washington, dijo que si sus hombres hubiesen disparado más municiones contra la ciudad “la hubiéramos hundido”. La mayoría de los soldados entrevistados dijeron que a través de la batalla disparaban contra multitudes y contra cualquier cosa o persona que veían.
Bowden[35].
Lo anterior genera odio que lleva al racismo[36], no se pretende afirmar que esto siempre sucede, sin embargo en esta ocasión así fue, se logró que la sociedad estadounidense en general, sobre todo las fuerzas armadas llegaran a la concusión que si la población en Somalia (aunque fuere un hecho falso) no respetaba la vida de los soldados estadounidenses, ellos no tenían porque respetar la suya.
Por supuesto a lo largo de la película se muestra a una sociedad conformada por “islamitas negros enloquecidos”[37], tras las imágenes mostradas sin el cuidado necesario y mucho menos la contextualización adecuada “cuando se tumbó un helicóptero Halcón Negro… los noticieros de EEUU presentaron a los soldados estadounidenses que eran arrastrados por las calles de la ciudad por somalíes jubilosos” lograron que la sociedad norteamericana se sintiera atacada y profundamente ofendida, evidentemente porque la mayoría no tenía conocimiento de lo que realmente sucedía. Ridley Scott y Ewan McGregor comentaron: “Yo no veo la operación como un triunfo ni como un desastre. Cuento lo que sucedió y presento un informe realista del incidente. Quedé fascinado por el material. Una misión del ejército más meticuloso y preciso del mundo que sale mal, advierte Scott. Sentimos con pasión que debíamos hacer justicia a los soldados. En cierta forma me convertí en uno de ellos y acepté la responsabilidad de reflejar los acontecimientos con la mayor exactitud posible. Sentimos enorme respeto por las tropas y los familiares de las víctimas, que posiblemente verán la película, añade Ewan McGregor”[38].
Me parece que la película debía ser mucho más cuidadosa con la forma de contar la historia y si definitivamente quería mostrar al mundo ese acontecimiento, debió haberlo hecho apegada a la realidad de los acontecimientos, no buscando en ningún momento poner personajes buenos y malos. Además de que no se debió exagerar sobre los líderes llegando incluso a inventarlos ni sobre el supuesto abastecimiento recibido por los somalíes.
Bowden cortó párrafos donde se hablaba de las víctimas de las balas norteamericanas, civiles desarmados, incluyendo mujeres y niños. Tan sólo una familia apellidada Weheliya, que aún vive en donde cayó el primer helicóptero, perdió a siete miembros (cuatro adultos y tres niños) cuando todos sus integrantes fueron secuestrados por los soldados estadounidenses para obligar a los milicianos a retirarse, como señala el New York Times del 22 de enero de 2002.[39]
De acuerdo con Naief Yehya “La misión en Somalia terminó en un desastre, Clinton retiró a sus tropas y el resto de los soldados de las Naciones Unidas se retiraron poco después. Los gobiernos de Canadá, Italia y Bélgica llevaron a cabo investigaciones respecto de la conducta de sus soldados en Somalia; el régimen canadiense incluso enjuició a varios de sus milicianos. En Estados Unidos no se realizó investigación alguna con respecto a la matanza”[41].
Es necesario que los soldados alrededor del mundo cuenten con entrenamiento sobre el campo de batalla y demás instrumentos necesarios para poder sobrevivir al enfrentarse a situaciones hostiles o desastres naturales, pero también es muy necesario que se les oriente sobre las demás culturas, economías y políticas en el mundo. Es indispensable que se elimine por completo del ejército los sentimientos de “supremacía” y de odio racial.
La educación como práctica de la libertad
Una reforma democrática o una acción democrática en general debe hacerse no sólo con el consentimiento del pueblo, si no con sus propias manos [...].
Zevedei Barbu
El problema que existe en países como México o Brasil, es que tienen leyes e instituciones exportadas:
El error político podríamos denominarlo una ‘falacia abstractiva’: se piensa que el mejor régimen para Europa o Estados Unidos puede servir en África, Asia o América Latina. Las formas de gobierno deben responder a la historia, a la cultura, a las circunstancias coyunturales [...] la participación simétrica de los miembros de la comunidad que institucionaliza el poder político según sus propias tradiciones.
Debemos comenzar a ser libres de pensamiento, aunque aquellos que lo intenten serán separados de la sociedad en general -“subversivos”, “grilleros”...-, y enviados lejos de su patria, de su gente; con la intención de que no transmitan sus ideas. Pero, aún así, se deberá correr el riesgo.
El hombre radical en su opción, no niega el derecho de otro a optar. No pretende imponer su posición, dialoga sobre ella. Está convencido de su acierto, pero respeta en otro el derecho de juzgarse también dueño de la verdad, intenta convencer y convertir, pero no oprime a su oponente; tiene el deber, por una cuestión de amor, de reaccionar con violencia a los que pretenden imponerle silencio.
Hay muchos factores que evitan que la sociedad evolucione y comience a pensar por sí misma, uno de ellos es la educación. Desde pequeños se nos enseña lo esencial, lo indispensable; no se motiva un espíritu emprendedor y crítico. Ya en los niveles superiores se intenta subsanar ese error pero ¿habrá aún tiempo? Existen grandes escritores que comenzaron a leer (en forma) a los 25 años; esto nos demuestra que lo único que se necesita es la voluntad de querer hacer algo. La obligación de proporcionar una mejor educación (socialización) proviene del hogar, de las personas que están a cargo de él.
La pedagogía política puede enseñar práctica y teóricamente el “Estado de democracia”, desde la infancia en el hogar (por padres que exigan razones a sus hijos y acuerden decisiones por consenso respetuoso), [...].
Toda la tarea de educar, sólo será auténticamente humanista en la medida en que procure la integración del individuo a su realidad nacional, en la medida en que le pierda miedo a la libertad, en la medida en que pueda crear el educando un proceso de recreación, de búsqueda, de independencia, y a la vez, de solidaridad.
martes, 14 de julio de 2009
PARTE V, VI Y VII
Si bien, en nuestro país las leyes respaldan la libre manifestación de ideas, las autoridades encargadas de hacer valer la carta magna no garantizan la integridad de las personas dedicadas a la publicación de información y contenidos.
A pesar de lo instituido como un derecho para los mexicanos, en los últimos años las intimidaciones, secuestros, atentados y homicidios contra periodistas se han incrementado por el simple hecho de ejercer su profesión.
A pesar de todo, datos de la Sociedad Interamericana de Prensa y Reporteros sin Fronteras, que recogen los medios nacionales, nos hablan de una realidad que hace que la piel se erice, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina y el segundo a nivel mundial tan sólo después de Irak, la diferencia es que Irak es un país en guerra, y México es un país libre, democrático y supuestamente defensor de los derechos humanos.
En América Latina, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo. Durante los gobiernos federales panistas –últimos ocho años– 24 comunicadores y trabajadores de los medios han sido asesinados, ocho han desaparecido y decenas han sido amenazados y agredidos por situaciones ligadas con el ejercicio de su actividad, delitos que se mantienen en la impunidad, aseguraron organizaciones nacionales e internacionales que defienden la libertad de expresión.
Nadie, aparentemente, se salva de esta violencia, ningún estado queda libre, como se desprende de lo siguiente:
Inmediatamente tras el asesinato de dos locutoras de la radio indígena, una misión internacional viajó a México para valorar la situación de deterioro de la libertad de prensa en el país. (…) miembros y socios locales e internacionales de IFEX visitarán regiones donde la libre expresión ha sido particularmente amenazada, desde Oaxaca en el sur, donde dos reporteras indígenas fueron asesinadas al inicio del mes (supuestamente por fuerzas del Estado), hasta Sonora en el norte, el cual fue el estado más peligroso para los periodistas en 2007.
Debido al ambiente de hostilidad en contra de los periodistas mexicanos, el gobierno ha tratado de garantizar la integridad de los informadores con la creación de una fiscalía especializada.
La Procuraduría General de la República (PGR) puso en marcha el jueves 16 de febrero de 2006, la nueva Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas, la cual tiene la tarea de conocer las agresiones o atentados que sufran informadores nacionales o extranjeros en territorio mexicano. Entre sus facultades está dirigir, coordinar y supervisar investigaciones iniciadas en el ámbito del Ministerio Público Federal, pero también coadyuvar cuando los casos queden en la competencia de las procuradurías locales. Dicha fiscalía quedó adscrita a la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad, que encabeza Juan de Dios Castro Lozano.
No obstante la obligación del estado de garantizar el derecho a la información, en muchos casos de agresiones no ha existido respuesta contundente de las autoridades federales y estatales en la investigación efectiva de los hechos, lo que se traduce en impunidad.
La falta de investigación, persecución y condena de los responsables de las violaciones de los derechos humanos propicia la repetición crónica de agresiones y la total indefensión de las víctimas y de sus familiares.
El hostigamiento constante a los periodistas mediante demandas judiciales, legislación restrictiva, descrédito profesional, persecución laboral, inspecciones fiscales, presiones de las autoridades para separarlos del medio, negación de información oficial son mecanismos indirectos que coartan la libertad de expresión.
Esto se debe a una crisis estructural en el sistema de procuración de justicia porque a nivel federal y estatal no hay una adecuada investigación ministerial que permita resolver esos casos.
Por esta razón la fiscalía se ha ganado fuertes críticas de organismos internacionales como la Sociedad Interamericana de Prensa o de organizaciones no gubernamentales como Reporteros sin Fronteras. En un informe reciente la Sociedad Interamericana de Prensa declaró:
La Fiscalía Especial para la Atención a Delitos cometidos contra Periodistas de la PGR sigue siendo una oficina sin un papel real de investigación y con resultados claros y contundentes, porque sigue sin contar con facultades legales para ello ni con el apoyo económico y humano por parte del gobierno federal, por lo que no ha significado avance alguno para frenar los ataques a los informadores ni resolver éstos.
“En un régimen democrático es fundamental impulsar la libertad de expresión”, aseguró Ruth Zavaleta Salgado, presidenta de la Cámara de Diputados, al inaugurar el foro “Crimen organizado y abuso de poder: Retos y futuro de la libertad de expresión en México” celebrado en noviembre de 2007.
El presidente de la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, Gerardo Priego Tapia (PAN), destacó que los derechos a la libertad de expresión, de prensa e información:
Son amenazadas continuamente por la delincuencia organizada, los malos gobiernos y las malas autoridades.La indiferencia al silenciamiento de los periodistas y comunicadores, en sus diferentes presentaciones: amenazas, violaciones, desapariciones, atentados, asesinatos recae en la complicidad.Este es un tema en medio de una agenda que abarca el abuso del poder y la censura de algunas autoridades, la desconfianza y la manipulación de contenidos editoriales, la autocensura generada por el miedo, así como la profunda disfunción del contexto legal en nuestro país.
La falta de un compromiso real de los estados para resolver los crímenes, hace que se requiera la actuación de la federación. Cuando se les ha solicitado cooperación para atender la problemática la gran mayoría han mostrado una absoluta indiferencia. De hecho, como se muestra en la realidad, es difícil lograr una protección al periodista cuando la definición de éste es aún una asignatura pendiente, como lo muestra esta información:
Definición de periodista, es lo que entre otras cosas, integrará la iniciativa que presentará el Subprocurador de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad de la Procuraduría General de la República, Juan de Dios Castro Lozano.
Castro Lozano, quien se desempeña en el citado cargo desde el 1 de diciembre de 2006, informó que en breve se reunirá con el diputado Gerardo Priego Tapia, quien es presidente de la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, para integrar en una iniciativa de ley, esta primera definición de periodista en México.
Tras un diferendo público que el funcionario protagonizó con el diputado en el foro, “Crimen organizado y Abuso de poder: Retos y Futuro de la libertad de expresión en México”, que se verificó en la Cámara de Diputados, terminó por ofrecer una disculpa pública a Priego Tapia y a los asistentes, y posteriormente rectificó y expresó que le presentaría esa iniciativa de ley para trabajarla.
Uno de los primeros pasos para la instauración de regímenes dictatoriales, antidemocráticos y, de hecho, inhumanos, consiste en apagar la llama de la libertad de expresión y en casi todos los casos, esto se logra asesinando, secuestrando, torturando periodistas.
Lo mismo ocurrió en la Alemania nazi que en la Italia de Mussolini; durante el franquismo español o el estalinismo soviético. Los dictadores latinoamericanos persiguieron, vejaron y asesinaron multitud de periodistas para poder mantenerse en el poder.
Por todo esto, desde una perspectiva histórica no es casual que en México tanto desde el poder político, pero también desde el poder del narco y de la corrupción, se esté pretendiendo cortar las cabezas de los informadores. Recordemos, en la historia no existen las casualidades, existen los hechos. Y el hecho es que con los ataques a la libertad de expresión que estamos padeciendo en México nos indican que estamos en peligro, y no en un peligro lejano, sino inminente.
De nada sirve que en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos esté instituido el derecho a la libre expresión y el derecho a la información, si en la práctica los periodistas se ven amenazados constantemente por el hecho de ejercer su profesión, que representa una labor social para la construcción de una sociedad mejor informada y cada vez más comprometida con el buen funcionamiento de su país. Aboguemos por el esclarecimiento de todos los casos de reporteros asesinados en México y por la eficaz procuración de justicia en todo momento.
Sin embargo, y a pesar de todas las declaraciones citadas anteriormente, poco podrá hacerse por la democracia y la libertad de expresión en México si no se afrontan de manera decidida las principales amenazas que se ciernen en su contra. Por un lado, como hemos visto a lo largo de las páginas anteriores, tenemos el hecho de que el periodismo en México es una profesión de muy alto riesgo en nuestro país y que eso es inadmisible en una sociedad democrática, pues tal y como lo manifestó el periodista Gustavo Rentería quien, a su vez, cita a Carlos Septién García, uno de los pocos profesionales de la materia mexicanos que ha escrito sobre la trascendencia de la labor periodística:
Como el “parlamento diario de los pueblos” definía al periodismo y a los medios el recordado maestro Carlos Septién García. En él, casi siempre hay participación informativa de los dignatarios, primeros mandatarios, estadistas y todos aquellos que por su importancia pública le interese al gobernado lo que haga o diga.
Sin embargo, para el logro pleno de este derecho, no debemos olvidar la parte que corresponde a la sociedad y a las instancias que la componen. Se ha puesto de moda afirmar que el siglo XXI es el siglo de la comunicación, de la información, de la unión de culturas y pueblos. No obstante, la realidad es que gran parte de este supuesto sueño de la comunicación no logra concretarse en la realidad toda vez que los medios están al servicio de intereses económicos que no siempre son los intereses de la sociedad, como lo previera Carlos Marx:
Llegó el momento en que todo lo que los hombres habían considerado como inalienable se hizo objeto de cambio. Es el momento en que incluso las cosas que hasta ese entonces se transmitían, se donaban, pero nunca se compraban, tales como virtud, amor, opinión, ciencia, conciencia, etc., todo, en suma, pasó a la esfera del comercio.
Así como una buena parte de las empresas productivas actuales afectan la salud y el medio ambiente, como lo señala el maestro Ramírez Beltrán, también los valores que conlleva la comunicación libre y democrática son conculcados por intereses económicos ajenos a ella.
Derecho a la información en México, una conquista aún lejana
Si bien desde un punto de vista filosófico los valores son universales e inmutables, no ocurre lo mismo con la forma en que las sociedades ven estos valores ni, mucho menos, la forma en que se legislan. Por ejemplo, en la actualidad se reconoce como indiscutible el derecho a la libertad, lo que ha llevado a que prácticamente en todo el mundo esté prohibida la esclavitud (por más que ésta se siga dando en algunos sitios, pero de manera ilegal) hace relativamente poco tiempo era motivo de discusión y apenas unos cientos de años atrás, era una institución totalmente respetable.
Lo mismo podemos decir del derecho a la información, sobre todo cuando el concepto de información, tal como se entiende en las sociedades actuales, es un fenómeno cultural extraordinariamente reciente en la historia del mundo. Como asegura el doctor José Antonio Forzán:
Es apenas en la Revolución Industrial, con su consecuente desarrollo de grandes ciudades y masas más o menos alfabetizadas que surgen los medios de comunicación colectiva tal como los conocemos hoy en día. ¿Y por qué medios de comunicación colectiva? Porque son los instrumentos tecnológicos que permiten que una colectividad, sin importar la forma en que esté constituida, adquiera información y, posteriormente, la difunda y retroalimente.
La información es un elemento imprescindible en el desarrollo del ser humano, ya que aporta elementos para que éste pueda orientar su acción en la sociedad.El acceso a la información es una instancia necesaria para la participación ciudadana y la protección de los derechos civiles, dado que sin información adecuada, oportuna y veraz, la sociedad difícilmente se encuentre en condiciones óptimas para participar en la toma de decisiones públicas. A efecto de lo anterior ha surgido la necesidad de utilizarla de manera racional y productiva en beneficio del individuo y de la comunidad, para lo cual nuestra constitución la ha establecido como una garantía individual de todo gobernado y, la legislación secundaria en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, ha incorporado reglas que buscan garantizar el ejercicio efectivo de este derecho.
La información es un elemento imprescindible en el desarrollo del ser humano, ya que aporta elementos para que éste pueda orientar su acción en la sociedad. A efecto de lo anterior ha surgido la necesidad de utilizarla de manera racional y productiva en beneficio del individuo y de la comunidad, para lo cual la legislación ha incorporado reglas que buscan garantizar el ejercicio efectivo de este derecho.
La modernidad suele vincularse con la libertad, de tal manera que el cumplimiento de los estándares para su desarrollo hacen difícil pensar tanto en el fin de la modernidad como en su propio desarrollo. Por un lado, tenemos voces que claman por acabar con “el libertinaje de los medios” esgrimiendo razones que van desde las clásicas del pudor, hasta otras que tienen que ver con la seguridad nacional.
Sin embargo, es innegable que el conocimiento y por ende, la libertad de conocimiento, es tal vez el único medio para lograr una sociedad participativa, justa y libre. Claro, esta libertad, como todas las demás, requiere que se ejerza con responsabilidad. Sin embargo, el estado debe garantizar los medios necesarios para que se cumpla.
Por otro lado se presenta el hecho innegable de un “exceso” ya que en una sociedad como en la que vivimos la información y la comunicación constituyen variables determinantes de la vida cotidiana que se ven señaladas por la explosión de todo tipo de medios, desde los tradicionales hasta los más modernos tales como internet. Suponemos, como expresa el escritor José Saramago, que deben existir límites racionales ante este fenómeno.
Si una persona recibiera en su casa, cada día, 500 periódicos del mundo entero, y si esto se supiera, probablemente se diría que está loca. Y sería cierto. ¿Quién, sino un loco, puede proponerse leer cada día 500 periódicos? Tendría que leer uno cada tres minutos, o sea, más de 20 por hora, y eso durante las 24 horas… Algunos olvidan esta evidencia cuando se agitan de satisfacción anunciándonos que ahora, podemos recibir 500 cadenas de televisión. ¿De qué forma 500 cadenas de televisión van a informarnos mejor que 500 periódicos que no podemos, materialmente, leer?
Pero, cuán difícil parece ser esta tarea al ver el trabajo de algunos medios. El espectáculo que manejan los medios de comunicación colectiva, independientemente de su masificación, está sujeto por un lado a los gustos y necesidades marcadas por las sociedades y modelos consumistas, enajenados y desinteresados en retomar aspectos que sirvan a los mejores intereses del ser humano y, por otro lado, esos mismos medios son muchas veces instrumentos de poder que corrompen de inicio la tarea de los informadores, como expresa el maestro en ciencias Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán:
Hay una sobre oferta de información. Pero, ¿realmente hay diferencia entre lo que es la oferta? o ¿no es la reproducción multiplicada de lo mismo? Vemos, por ejemplo, que en los periódicos se reproducen anuncios, información sobre personajes internacionales, fotos idénticas, notas pagadas, etc. En la tv por cable el asunto es peor. Un canal transmite las mismas caricaturas una y otra vez, hay canales exclusivos de deportes (para que siempre sea domingo), de la naturaleza, de arte… Mucha oferta aparente, pero poca diversidad sustantiva. La gente, ante esto, se convierte al zapping. La gran cantidad de información es en realidad desinformación.
La libertad se refuerza y mantiene a través del tiempo y de los medios que la difunden. Sigue en la mente de las generaciones a pesar de su inexistencia o su persecución, pese al hartazgo comunicativo del que hablamos anteriormente, a los ataques directos y al desprecio de muchos sectores que, como mencionamos antes, desde trincheras de izquierda o derecha, escudados en la moral o en la seguridad, pretenden coartarla, coptarla, disminuirla, atacando el principio que no por aparecer en el Nuevo Testamento deja de ser cierto y universal, referente a que la verdad “nos hará libres”.
El escritor Eduardo Galeano habla, precisamente, del problema del hartazgo comunicativo cuando dice:
Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco han sido nunca tan igualadas las ideas y las costumbres que impone. La igualación obligatoria que actúa contra la diversidad cultural del mundo impone un totalitarismo de la desigualdad de la economía.
En el mundo sin alma que se nos obliga a aceptar como único posible, no hay pueblos, sino mercados; no hay ciudadanos, sino consumidores; no hay naciones, sino empresas; no hay ciudades, sino aglomeraciones; no hay relaciones humanas, sino competencias mercantiles.
Los medios de comunicación de la era electrónica, mayoritariamente puestos al servicio de la incomunicación humana, están imponiendo la adoración unánime de los valores de la sociedad de consumo, y nos están otorgando el derecho a elegir entre lo mismo y lo mismo, en un tiempo que se vacía de historia y un espacio universal que tiende a negar el derecho a la identidad de sus partes.