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jueves, 16 de julio de 2009

Cine, declaraciones oficiales, y racismo: Black Hawk Down


Notas de interés general. Reseña

Cine

Las películas de una nación reflejan su mentalidad.

Siegfried Kracauer.

Ridley Scott, director del filme Black Hawk Down afirmó “no se trata de un filme nacionalista ni patriótico” sin embargo los hechos tras el estreno de su película nos muestran que evidentemente tiene ese sentido, de hecho puede ser catalogada como una más de las películas estadounidenses que pretenden mostrarlos como los salvadores del mundo, por mencionar algunas de las películas que quizá podrían estar de este nuevo género del cine nos encontramos a Rescatando al soldado Ryan, Terms of Engagment, la miniserie Band of Brothers, Colateral Damage, Nose Bleed, Big Trouble, Lágrimas del sol, We were Soldiers, entre muchas otras. El productor de Black Hawk Down Jerry Bruckheimer afirmó:

Hollywood no dejará de hacer cine de guerra tras el 11 de septiembre. Da igual lo que ustedes lean o lo que se diga. El cine bélico es un género que no desaparecerá. Quizá desaparezcan las películas tipo Rambo pero poco más. Es pronto para decirlo, pero seguramente se hará también una película sobre el 11 de septiembre ¿Por qué no si hay una buena historia? Una televisión está ahora mismo preparando una película sobre aquel día, concretamente sobre el avión que cayó en Pensilvania.

La película está basada en una serie de artículos para el periódico Philadelphia Inquirer convertidos después en un libro escrito por Mark Bowden intitulado Black Hawk Down: A Story of Modern War, la cual básicamente relata los acontecimientos del 3 de octubre de 1993 en el sur de Mogadishu, capital de Somalia que tenía por objeto capturar a algunos de los ayudantes del general Aidid, que se suponía eran cómplices de un ataque efectuado el 5 de junio de 1993 en contra del personal y las instalaciones de las Naciones Unidas.


La trama central y el porque del título de la película se debe a que durante la operación dos helicópteros estadounidenses UH-60 Black Hawk fueron derribados por la población somalí, la cual luce aún mejor organizada que las tropas estadounidenses y por alguna razón mejor armada. Este hecho se analizará más adelante.

Evidentemente la película es contada desde la perspectiva de los soldados estadounidenses, me parece con la intención de mostrar al mudo, además del bien que le hacen a la humanidad, que también tienen familias que los extrañan, esto definitivamente no se pone en duda, el problema es la idea de vender a la guerra como algo “bueno” que además todos deben aceptar como la única forma de alcanzar la paz mundial, por contradictorio que resulte.


Es una película sobre el valor de unos soldados, unos soldados que al final no piensan en naciones; piensan en el compañero que se muere a su lado y al que tienen que salvar.[8]

El estreno de Black Hawk Down se adelantó tras los atentados del 11 de septiembre en contra de los Estados Unidos de América, tras los cuales Ridley Scott mencionó: “Lo creímos oportuno dada la visión heroica que ofrece el filme de los soldados estadounidenses… La sociedad norteamericana está muy sensibilizada con este asunto y eso, desde luego, ha beneficiado a esta película”[9].

De acuerdo con Noham Chomsky en su libro El Nuevo Humanismo Militar: “La invasión de Somalia, comenzada por papá Bush, y aprobada por Colin Powell, entonces jefe del Pentágono, y luego continuada por Clinton, fue hecha bajo el manto de ‘humanitaria’ para ‘alimentar a los hambrientos’ de ese país. Pero el único ‘alimento’ que recibieron fue de plomos”[10].
Para varias personas, la intromisión de las fuerzas militares estadounidenses fue por intereses completamente diferentes a los perseguidos por las Naciones Unidas “varias empresas petroleras norteamericanas, incluyendo Conoco, Amoco, Chevron y Philips, habían logrado concesiones multimillonarias para explorar y explotar las ricas reservas petroleras de Somalia durante el gobierno del presidente Mohamed Siad Barre (de hecho, la oficina de Conoco en Mogadishu también era la sede de la embajada y cuartel militar de EEUU). Somalia podría ser una base estratégica en la costa del Mar Arábigo. La intervención militar norteamericana fue necesaria cuando Barre fue derrocado por el clan dirigido por Mohamad Farah Aidid” [11]. Acontecimientos que lograron que Estados Unidos de América dejara de ver a Somalia como un lugar estable para mantener sus compañías.
Y de acuerdo con la actuación internacional de Estados Unidos de América la afirmación anterior no parece del todo descabellada, aún todos recuerdan la invasión a Irak para encontrar las armas de destrucción masiva, las cuales, por cierto, nunca aparecieron.

Definitivamente Estados Unidos de América se aprovechó de su puesto permanente dentro del Consejo de Seguridad para intentar conseguir sus fines, tal y como ha sucedido en incontables ocasiones.

Declaraciones oficiales[12]

El mundo se ha vuelto más pequeño desde entonces. El terrorismo es la voz del hambre, no de la religión. Es la rabia de los hambrientos… Estados Unidos se han convertido en la policía del mundo. Ningún país ha querido dar ese paso y alguien tenía que hacerlo… Que no me hablen a estas alturas de derechos civiles.

Ridley Scott
[13].

El papel de las Naciones Unidas en su búsqueda porque el mundo sea mucho más pacífico y existan menos diferencias entre sus habitantes muchas veces puede resultar controversial y algunas otras plausible. Definitivamente la intención de este trabajo no es determinar si en al caso de Somalia se actuó adecuadamente o no por parte del Consejo de Seguridad[14] de la Naciones Unidas.

La operación de las Naciones Unidas en Somalia (ONUSOM I) tuvo una duración corta (de abril de 1992 a marzo de 1993), se estableció a través de la resolución 751 el 24 de abril de 1992 para supervisar el alto total al fuego y ayudar con la entrega de alimentos y medicinas para la población civil, por encontrarse atrapados en una guerra civil.

Función: establecida para supervisar la cesación del fuego en Mogadishu, la capital de Somalia, y ofrecer protección y seguridad al personal de las Naciones Unidas, equipo y suministros a los puertos de mar y aeropuertos de Mogadishu, y escoltar las entregas de suministros de ayuda humanitaria desde éstos a los centros de distribución de la ciudad y a los de sus alrededores. En agosto de 1992, se ampliaron el mandato y la dotación de la ONUSOM I para que ésta pudiera proteger los convoyes humanitarios y los distintos centros de distribución en Somalia. En diciembre de 1992, tras un deterioro de la situación en Somalia, el Consejo de Seguridad autorizó a los Estados Miembros para formar la Fuerza de Tareas Unificada (UNITAF) con el fin de establecer un entorno seguro para la prestación de asistencia humanitaria. La UNITAF trabajó en coordinación con la ONUSOM I para proteger los principales centros de población y garantizar la prestación y distribución de la asistencia humanitaria.[15]

La ONUSOM I intentó detener los conflictos internos y ayudar a reconstruir las instituciones básicas para un estado viable, después de un año de guerra civil que le provocó a la población hambruna y múltiples enfermedades[16]. El país carecía de algún gobierno central y unificado desde 1991[17]. El 28 de abril de 1992 el Secretario General de las Naciones Unidas nombró a Mohammed Sahnoun de Algeria, como Representante Especial para Somalia.

Por estas situaciones el Consejo de Seguridad impuso en 1992 la resolución 733 en la cual se ordenaba un embargo total de armas y se hizo un llamado para la ayuda humanitaria. También se aprobó la resolución 746 en la que se instaló formalmente la ayuda humanitaria y se envió un equipo para valorar la situación e informar sobre los avances. La fecha para la cesación del fuego y el alto a las hostilidades fue fijada para el 3 de marzo de 1992, situación que no sucedió. Por lo que fue necesario desplegar personal para proteger a los miembros de las Naciones Unidas y a las actividades de asistencia humanitaria.

En el inicio la ONUSOM I envió observadores desarmados a Somalia, sin embargo la situación continuaba empeorando “la desesperada y complicada situación de Somalia requerirá esfuerzos enérgicos y continuados por parte de la comunidad internacional para romper el círculo de violencia y hambre”[18].
En la resolución 767 se establecieron cuatro zonas de operaciones (Berbera, Bossasso, Mogadishu y Kismayo) para poder supervisar la ayuda humanitaria y conseguir auxiliar a más personas. Sin embargo para el 14 de septiembre de 1992 se consideró necesario contar con personal de seguridad en Mogadishu debido a las condiciones inseguras.

El Secretario General de las Naciones Unidas creó el Plan de acción de 100 días[19] que tenía ocho objetivos:

1. Provisión masiva de ayuda alimentaria.
2. Expansión dinámica de alimentos complementarios.
3. Provisión de servicios básicos de salud e inmunización en masa contra el sarampión.
4. Provisión urgente de agua potable, saneamiento e higiene.
5. Provisión de materiales para refugiarse, mantas y ropa.
6. Distribución de semillas, herramientas y vacunas para animales al mismo tiempo que las raciones de comida.
7. Prevención de nuevos flujos de refugiados y la promoción de programas de repatriación.
8. Establecimiento de las instituciones y rehabilitación de la sociedad civil.

Los desacuerdos entre las facciones de somalíes (dentro de éstas las dos más importantes estaban al mando Mohamad Farah Aidid y de Ali Mohamed Mahdi) imposibilitaban la ayuda humanitaria y que el plan de acción cubriera todo el país. Como una muestra de los múltiples desacuerdos entre estas dos facciones se cita:

El 28 de octubre el General Mohamad Farah Aidid declaró que no se toleraría más al batallón paquistaní de la ONUSOM en Mogadishu. También ordenó expulsar al Coordinador de la ONUSOM de la Asistencia Humanitaria en un plazo de 48 horas. Posteriormente, las fuerzas del General Mohamad Farah Aidid dispararon y bombardearon a las fuerzas de la ONUSOM que controlaban el aeropuerto y las fuerzas del Sr. Ali Mohamed Mahdi bombardearon a los barcos que transportaban alimentos cuando éstos intentaban entrar en el puerto de Mogadishu. El General Aidid se opuso a que las Naciones Unidas controlaran el aeropuerto; el Sr. Ali Mohamed Mahdi quería que la ONUSOM se hiciera con el control absoluto del puerto. El 13 de noviembre, tras ser objeto de disparos con ametralladoras, fusiles y morteros, las tropas pakistaníes que controlaban el aeropuerto devolvieron los disparos.[20]

El 8 de noviembre de 1992 Mohammed Sahnoun renunció al puesto de Representante Especial y fue sustituido por Ismat Kittani de Iraq.

El 3 de diciembre de 1992 fue aprobada la resolución 794 por el Consejo de Seguridad en la que los Estados Unidos de América se ofrecieron a ayudar a crear un entono seguro para la entrega de suministros de ayuda humanitaria: “autorizó, con arreglo al capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas el empleo de ‘todos los medios necesarios’ para llevarlo a cabo. La resolución 794 pidió a los estados que proporcionaran fuerzas militares y que hicieran contribuciones adicionales en efectivo o en especie para la operación”[21]. A partir de este momento inició la Fuerza de Tareas Unificada (UNITAF) con la intención de que todos los estados participaran económicamente o con fuerzas militares para lograr el restablecimiento de la paz en Somalia.

George Bush tras en “encargo” del Consejo de Seguridad inició la operación Devolver la esperanza en la cual Estados Unidos de América tomó el control de la operación encomendada en la resolución 794.

Los Estados Unidos de América se han comprometido a tomar la iniciativa de crear el entorno seguro que es una condición indispensable para las Naciones Unidas a efectos de proporcionar socorro humanitario y fomentar la reconciliación nacional y la reconstrucción económica, objetivos que, desde el principio se han incluido en las distintas resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Somalia.[22]

Durante la acción de la UNITAF se convocó a una reunión preparatoria para tratar el tema de la reconciliación y la unidad nacional. A esta reunión asistieron 14 miembros de las diferentes facciones de Somalia y terminó con tres acuerdos[23]: el Acuerdo General de 8 de enero de 1993, el Acuerdo sobre el cumplimiento de la cesación del fuego y sobre las modalidades de desarme y el Acuerdo sobre el establecimiento de una comisión ad hoc para la Conferencia sobre la Reconciliación Nacional.


El 3 de marzo de 1993 el Secretario General presentó ante el Consejo de Seguridad la necesidad de cambiar de la UNITAF a la Operación de las Naciones Unidas en Somalia II (ONUSOM II) debido a que aún no existía un gobierno estable en Somalia, la ayuda humanitaria no había podido entregarse de forma óptima y los ataques seguían existiendo en contra de la población civil y de los miembros de las Naciones Unidas.

… el Secretario General concluyó que si el Consejo de Seguridad determinaba que había llegado el momento de que se efectuara la transición de la UNITAF a la ONUSOM II, ésta última tendría que estar dotada de poderes coercitivos con arreglo a lo dispuesto en el capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas para establecer un entorno seguro en toda Somalia. Por tanto, la ONUSOM II trataría de completar la tarea iniciada por al UNITAF para la restauración de la paz y la estabilidad en Somalia. El nuevo mandato también facultaría a la ONUSOM II para ayudar a los somalíes a reconstruir su economía, política y sociedad, mediante la consecución de una reconciliación nacional que permitiera recrear un Estado somalí democrático.[24]

La ONUSOM II se estableció a través de la resolución 814 el 26 de marzo de 1993 y duró dos años (de marzo de 1993 a marzo de 1995[25], año en que debido a varios incidentes violentos y ataques se retiraron los soldados de las Naciones Unidas). Encabezada por Estados Unidos de América tenía entre sus principales fines:

… supervisar la cesación de las hostilidades, impedir la reanudación de la violencia, confiscar pequeñas armas no autorizadas, mantener la seguridad en los puertos, los aeropuertos y las líneas de comunicación necesarias para el envío de asistencia humanitaria, continuar con la remoción de minas, y ayudar en la repatriación de los refugiados en Somalia. También se le encomendó a la ONUSOM la tarea de prestar asistencia al pueblo somalí para reconstruir su economía y su vida social y política, restablecer la estructura institucional del país, obtener una reconciliación política nacional, recrear un Estado somalí basado en el gobierno democrático y rehabilitar la economía y la infraestructura del país.[26]

Se recomendó que las operaciones se llevaran a cabo en cuatro fases[27]: (1) el traspaso del control operacional de la UNITAF, (2) el despliegue y la consolidación eficaces del control operacional de las Naciones Unidas en Somalia y en las regiones fronterizas, (3) la reducción de la actividad militar de la ONUSOM II, y la asistencia a las autoridades civiles para que procedan con mayor responsabilidad y (4) el redespliegue o la reducción de las fuerzas de la ONUSOM II.
En marzo de 1993 el Secretario General nombró a Jonathan Howe de los Estados Unidos de América como su nuevo Representante Especial para Somalia y como Comandante de la Fuerza de la ONUSOM II al Teniente General Çevik Bir de Turquía.


Del 11 al 13 de marzo de 1993 se convocó a la Conferencia sobre Asistencia Humanitaria a Somalia y se celebró en Addis Abeba el 15 de marzo de 1993 en la que los miembros de 15 movimientos políticos firmaron el 27 de marzo de 1993 el Acuerdo del primer periodo de sesiones de la Conferencia sobre la Reconciliación Nacional en Somalia[28], éste contaba con cuatro partes: desarme y seguridad, rehabilitación y reconstrucción, restitución de bienes y arreglo de las controversias, y mecanismos de transición.

Sin embargo una de las facciones, la de Mohammed Farah Aidid decidió no formar parte del acuerdo y el 5 de junio de 1993 comenzaron violentos ataques en contra de las demás facciones y de las personas que formaban parte de la ONUSOM II, el 8 de junio de 1993 las demás facciones somalíes condenaron los ataques. La ONUSOM II en respuesta a los ataques inició una acción militar el 12 de junio de 1993 “liberó a Radio Mogadishu del control del Congreso de la Unidad Somalí/ Alianza Nacional Somalí (USC/SNA), la facción del General Aidid, e inutilizó o destruyó las armas y el equipo de la milicia encontradas en una serie de lugares de almacenamiento e instalaciones militares clandestinas”[29].

El 17 de junio de 1993 el Representante Especial Jonathan Howe hizo un llamamiento para que el general Mohammed Farah Aidid se entregara pacíficamente y para que convenciera a sus seguidores que dejaran las armas; evidentemente no se obtuvo respuesta y se instruyó al Comandante de la Fuerza de la ONUSOM para que detuviera al general Mohammed Farah Aidid con la intención de que fuera investigado por los ataques de 5 de junio de 1993.

3 de octubre de 1993, esta fecha es de suma importancia para el presente trabajo ya que es cuando se dan los ataques a la capital de Somalia Mogadishu y en los que encuentra su fundamento el filme Black Hawk Down. Ahora es cuando podemos cuestionar la veracidad de las declaraciones oficiales y el cine. De acuerdo con el sitio web de las Naciones Unidas:

En apoyo al mandato de la ONUSOM II, se desplegaron en Mogadishu las fuerzas de los Estados Unidos de América: los Rangers estadounidenses y la Fuerza de Reacción Rápida. Estas fuerzas no estaban bajo el comando y control de las Naciones Unidas. Como parte del programa coercitivo, los Rangers iniciaron una operación en el sur de Mogadishu el 3 de octubre de 1993, que tenía por objeto capturar a algunos de los principales ayudantes del General Aidid, quienes estaban bajo sospecha de haber sido cómplices en el ataque del 5 de junio y en ataques posteriores en contra del personal y las instalaciones de las Naciones Unidas.[30]

Si los Rangers estadounidenses y sus demás tropas de élite no estaban bajo el control de las Naciones Unidas, definitivamente no formaban parte de la ONUSOM II, por lo que su intromisión al conflicto es ilegal. Al no formar parte de las fuerzas armadas de las Naciones Unidas, no se les podía obligar para que cumplieran con los fines de la ONUSOM y mucho menos para que siguieran sus políticas. De acuerdo con la cita anterior tal pareciere que las Naciones Unidas pretenden matizar la intromisión de estas tropas considerándolas como parte del programa; sin embargo no lo son.

Se suponía que la acción sería limpia; al no serlo no se pudo ocultar al mundo que las fuerzas norteamericanas en Somalia no estaban bajo la autoridad de la ONU (como las tropas italianas, malayas y pakistanies), sino que además tenían su propia agenda de prioridades y su propia opinión sobre quienes debían gobernar y cómo el país.[31]

Evidentemente en el filme Black Hawk Down tampoco se hace esta diferenciación, de acuerdo con las Naciones Unidas:

La operación consiguió detener a 24 sospechosos, incluidos dos de los principales ayudantes del General Aidid. Durante la operación, dos helicópteros estadounidenses fueron derribados por integrantes de la milicia somalí, dieciocho soldados estadounidenses perdieron sus vidas y 75 resultaron heridos. Un piloto de la misma nacionalidad fue capturado y posteriormente liberado el 14 de octubre de 1993. Los cuerpos sin vida de los soldados estadounidenses estuvieron sujetos a actos de escarnio público, y las escenas fueron emitidas por los canales de televisión de todo el mundo.

Es importante mencionar que se trataba de la milicia de una facción en contra de los acuerdos celebrados entre las demás facciones, nunca de la sociedad civil que de acuerdo con el filme fue la que logró derribar los helicópteros y quitarle la vida a varios de los miembros de las fuerzas estadounidenses. Las escenas de suma violencia en contra de los estadounidenses le dieron la vuelta al mundo y por ninguna razón son justificables, sin embargo ni en la película, ni en el sitio web de las Naciones Unidas se hace mención sobre las miles de escenas de violencia en contra de la sociedad civil en los ataques del 3 de octubre de 1993.

Después de los acontecimientos del 3 de octubre de 1993, el presidente de estados Unidos de América William Clinton anunció la intención de retirar las fuerzas de Somalia para el 31 de marzo de 1994[33].

En febrero de 1994 el Representante Especial Jonathan Howe terminó su encargo y se designó a Lansana Kouyate. El 24 de marzo de 1994, las dos facciones más importantes de Somalia firmaron en nombre del Grupo de 12 y la SNA, la Declaración sobre la Reconciliación Nacional, en la que repudiaron cualquier forma de violencia como medio para resolver los conflictos y se comprometieron a aplicar una cesación del fuego y un desarme voluntario. Con lo que se restablecería la paz en Somalia.

Lamentablemente se informó el 14 de octubre de 1994 a través del Secretario General de la Naciones Unidas que la reconciliación nacional no se estaba llevando eficientemente, por lo que las condiciones de inseguridad se deterioraban.

Mediante la resolución 954 se decidió prorrogar el mando de la ONUSOM II hasta el 31 de marzo de 1995.

El 21 de febrero de 1995, se firmó un acuerdo de paz entre el General Aidid y el Sr. Ali Mahdi, en representación de la SNA y la SSA, respectivamente, para fomentar la reconciliación nacional y un arreglo pacífico de las controversias. En aquel acuerdo, ambas partes concertaron un acuerdo a fin de ejercer el poder de forma compartida. Prometieron no intentar obtener la presidencia a través de medios militares sino que mediante elecciones democráticas, y acordaron resolver las disputas mediante el diálogo y medios pacíficos y accedieron a formar una plataforma común para tratar de resolver los problemas. El Acuerdo también incluía una serie de disposiciones para el confinamiento de "técnicos" en las zonas designadas y desalentaba el llevar armas de modo ostensible en las calles de Mogadishu. Además, hacía un llamamiento a la eliminación de los controles de carretera y a la reapertura de los principales mercados. El puerto marítimo se abrió al tráfico comercial el 9 de marzo de 1995.[34]

La intervención de las Naciones Unidas en Somalia logró auxiliar a la población civil proporcionándoles ayuda humanitaria, promover múltiples acuerdos entre las facciones en conflicto; lamentablemente también respaldó la intervención de tropas que no pertenecían a la ONUSOM y en ningún momento condenó su actuación.

Racismo

El General William F. Garrison, de los Rangers, atestiguando ante el Senado en Washington, dijo que si sus hombres hubiesen disparado más municiones contra la ciudad “la hubiéramos hundido”. La mayoría de los soldados entrevistados dijeron que a través de la batalla disparaban contra multitudes y contra cualquier cosa o persona que veían.

Bowden
[35].

Múltiples de las críticas de Black Hawk Down tienen que ver con el hecho de que durante la realización del filme no se apegaron a lo que sucedió en la realidad, al mostrar a la sociedad civil como la causante de las muertes de los soldados estadounidenses se promueven varias imágenes: una de ellas es una sociedad de acuerdo con la guerra en su país y en contra de la ayuda humanitaria, otra es una sociedad que pretende acabar a como de lugar con los extranjeros que se entrometen en su país y otra, entre tantas que hay, una sociedad “salvaje” sin sentimientos de respeto, amor y compasión por la vida.

Lo anterior genera odio que lleva al racismo[36], no se pretende afirmar que esto siempre sucede, sin embargo en esta ocasión así fue, se logró que la sociedad estadounidense en general, sobre todo las fuerzas armadas llegaran a la concusión que si la población en Somalia (aunque fuere un hecho falso) no respetaba la vida de los soldados estadounidenses, ellos no tenían porque respetar la suya.

Por supuesto a lo largo de la película se muestra a una sociedad conformada por “islamitas negros enloquecidos”[37], tras las imágenes mostradas sin el cuidado necesario y mucho menos la contextualización adecuada “cuando se tumbó un helicóptero Halcón Negro… los noticieros de EEUU presentaron a los soldados estadounidenses que eran arrastrados por las calles de la ciudad por somalíes jubilosos” lograron que la sociedad norteamericana se sintiera atacada y profundamente ofendida, evidentemente porque la mayoría no tenía conocimiento de lo que realmente sucedía. Ridley Scott y Ewan McGregor comentaron: “Yo no veo la operación como un triunfo ni como un desastre. Cuento lo que sucedió y presento un informe realista del incidente. Quedé fascinado por el material. Una misión del ejército más meticuloso y preciso del mundo que sale mal, advierte Scott. Sentimos con pasión que debíamos hacer justicia a los soldados. En cierta forma me convertí en uno de ellos y acepté la responsabilidad de reflejar los acontecimientos con la mayor exactitud posible. Sentimos enorme respeto por las tropas y los familiares de las víctimas, que posiblemente verán la película, añade Ewan McGregor”[38].

Me parece que la película debía ser mucho más cuidadosa con la forma de contar la historia y si definitivamente quería mostrar al mundo ese acontecimiento, debió haberlo hecho apegada a la realidad de los acontecimientos, no buscando en ningún momento poner personajes buenos y malos. Además de que no se debió exagerar sobre los líderes llegando incluso a inventarlos ni sobre el supuesto abastecimiento recibido por los somalíes.

Bowden cortó párrafos donde se hablaba de las víctimas de las balas norteamericanas, civiles desarmados, incluyendo mujeres y niños. Tan sólo una familia apellidada Weheliya, que aún vive en donde cayó el primer helicóptero, perdió a siete miembros (cuatro adultos y tres niños) cuando todos sus integrantes fueron secuestrados por los soldados estadounidenses para obligar a los milicianos a retirarse, como señala el New York Times del 22 de enero de 2002.[39]

De acuerdo con Alex Cox: “muchos de los soldados de las fuerzas estadounidenses de elite carecían del entrenamiento necesario y eran profundamente racistas (creyentes de la supuesta supremacía de los blancos, para ser preciso). El comité de las fuerzas armadas de la Cámara baja determinó, en su informe titulado An Assessment of Racial Discrimination in the Military: a Global Perspective, del 30 de diciembre de 1994 (publicado por la US Government Printing Office), que el racismo abierto era muy común en cuatro de 19 bases seleccionadas al azar. Y el documento The Secretary of the Army's Task Force Report on Extremist Activities, Defending American Values, del 21 de marzo de 1996, dice que, particularmente en las fuerzas de élite y de operaciones especiales, el hecho de que los combatientes estén en unidades sin diversidad étnica engendra actitudes de superioridad racial entre los soldados blancos”[40] publicado en el diario británico The Independent.

De acuerdo con Naief Yehya “La misión en Somalia terminó en un desastre, Clinton retiró a sus tropas y el resto de los soldados de las Naciones Unidas se retiraron poco después. Los gobiernos de Canadá, Italia y Bélgica llevaron a cabo investigaciones respecto de la conducta de sus soldados en Somalia; el régimen canadiense incluso enjuició a varios de sus milicianos. En Estados Unidos no se realizó investigación alguna con respecto a la matanza”[41].

Es necesario que los soldados alrededor del mundo cuenten con entrenamiento sobre el campo de batalla y demás instrumentos necesarios para poder sobrevivir al enfrentarse a situaciones hostiles o desastres naturales, pero también es muy necesario que se les oriente sobre las demás culturas, economías y políticas en el mundo. Es indispensable que se elimine por completo del ejército los sentimientos de “supremacía” y de odio racial.

1 comentario:

  1. Esta película -lejos de cualquier contexto político- es una de mis favoritas. El soundtrack es re bueno, más cuando suena Faith No More.

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